La palabra juego es sinónimo de diversión, esparcimiento o recreo. A través del juego el niño aprende a conocer el mundo que le rodea. El juego es una de las actividades básicas en la infancia que surge de forma natural y que además, es indispensable para el desarrollo psicomotor, intelectual, afectivo y social. 
 
¿Por qué es tan importante el juego en la etapa infantil?
La filosofía, la psicología y la pedagogía coinciden en que hasta bien entrado el siglo XX, la infancia no fue considerada como una etapa de la vida con identidad propia.
En la actualidad, el juego es la actividad que predomina durante la etapa infantil y está considerada como una actividad lúdica, vital y potenciadora del desarrollo del niño en todos sus ámbitos: biológico, físico, afectivo, psíquico y social. Los niños evolucionan de unas conductas innatas y reflejas a un grado de desarrollo más complejo y adaptado, necesario para la supervivencia.
A través de estas actividades lúdicas, los niños lograrán ejercitar y coordinar sus movimientos, descubrir su El juego infantil y la familiaespacio circundante, manipular sus objetos más cercanos e interaccionar con las demás personas, en un principio con adultos y más tarde con el grupo de iguales, todo ello de una forma placentera y positiva.
 
A medida que pasen los años, estas actividades se volverán más complejas y elaboradas, donde se ampliarán los campos de acción, así como las interacciones y las experiencias personales y grupales. Esto permitirá un desarrollo en los ámbitos psicomotor, cognitivo y afectivo que favorecerá la integración de los niños en el ámbito social.  
 
 
Estadios evolutivos y tipos de juegos.
Ya que el juego es una actividad vital e imprescindible para el desarrollo de las capacidades del niño, es necesario determinar cómo evolucionan los niños y el juego a lo largo de los diferentes estadios evolutivos de la etapa infantil, que, según Jean Piaget, son los siguientes:
 
-Estadio sensorio-motor: De 0 a 2 años. En esta edad es típico el juego funcional. Durante este estadio los juegos se centran en la acción, en los movimientos, en la manipulación, la experimentación y la observación de objetos y personas. Los niños repiten acciones adquiridas por simple placer. Los adultos, así como los juguetes, deben estimular dichas acciones y movimientos y favorecer la curiosidad y la sorpresa. El juego de construcción, que estará presente en los tres estadios, aparece aproximadamente a partir del primer año aunque de manera muy simple. Primero los niños apilan un objeto sobre otro, al principio de forma individual, para luego pasar a hacer formas simbólicas (un tres, una casa, etc.), y cada vez más complejas.
 
-Estadio preoperacional: De 2 a 6-7 años. Es típico de esta edad el juego simbólico. Los juegos de los niños adquieren una tendencia a la representación y simulación de vivencias experimentadas o inventadas. El mundo del niño viaja entre la fantasía y la realidad, puede transformarse en cualquier personaje y disfruta imitando las acciones de los adultos, quienes vuelven a ser el centro de atención del pequeño.  Además se mantienen el juego funcional  y el de construcción con manifestaciones más complejas.
 
-Estadio de operaciones concretas: De 7 a 12 años. En este estadio es típico el juego de reglas. Las reglas no existen sólo en los juegos de mesa o los deportes, sino que están presentes en el juego del niño desde mucho antes. En los juegos de regla los jugadores saben antes de iniciar el juego cuál es el papel de cada uno, como puede ser el caso del “escondite inglés”. A partir de estas primeras reglas, que surgen en el juego simbólico, el niño puede empezar a realizar otros juegos reglados con la participación o no del adulto. También permanecen, aunque de forma más compleja aún, el juego funcional, el simbólico y el de construcción.
 
El papel de las familias.
El juego es una actividad que permite crear un lazo rico entre padres e hijos y que establece una interacción mutua y satisfactoria: el niño se siente dichoso al jugar con sus padres, y los padres sienten satisfacción ante la felicidad del niño.
Ambos, padres e hijos, hacen descubrimientos en el juego. Los padres descubren lo que le gusta a su hijo, lo que es capaz de hacer, o cómo reacciona ante distintas situaciones: fracaso, éxito, etc. A su vez, el niño descubrirá cómo sorprender al adulto con su ingenio y su imaginación, y cómo ser el objeto de la atención del adulto, proporcionándole seguridad y confianza, ya que cuando el niño juega con sus padres o seres queridos se siente atendido, cuidado y apreciado.
A la hora de jugar con el niño podemos tener en cuenta los siguientes puntos
 
  • Que el niño guíe: que nos diga en qué consiste el juego, qué va a pasar y cuál es nuestro papel.
  • El juego no es una tarea: Debemos evitar que el juego se transforme en un ejercicio.
  • No es necesaria la estimulación constante: El niño no tiene por qué estar siempre activo, también necesita sus momentos de inactividad y soledad.
  • La importancia del tiempo: Necesitamos tiempo para jugar con el niño sin pensar en otras cosas y sin prisas.
  • El respeto: tenemos que aceptar las preferencias del niño. No es preciso limitarse exclusivamente a ellas, pero sí respetándolas y favoreciéndolas.
  • Es una actividad agradable: Es importante disfrutar del placer de estar juntos.
                                                                                     Kidsco Escuelas Infantiles
 
"El niño debe disfrutar plenamente de juegos y recreaciones, los cuáles deben estar orientados hacia los fines perseguidos por la educación; la sociedad y las autoridades públicas se esforzarán por promover el goce de este derecho.". Articulo 7.  Declaración de los Derechos del Niño.
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