Hoy en día no nos llama la atención cuando vemos por la calle, en un restaurante, o en una sala de espera a los niños desde muy pequeño usando la tablet o el teléfono de sus padres. Con tanto trabajo, y la vida tan estresada que llevamos tendemos muchas veces a lo más sencillo para tener a los pequeños entretenidos, sin embargo, no debemos olvidar que son niños, necesitan moverse, y conocer su entorno jugando, para así desarrollarse de manera adecuada en todos los ámbitos de su desarrollo.
Los juegos tradicionales como los muñecos, la plastilina, las cocinitas, los puzles entre otros, hacen que el niño desarrolle su imaginación haciéndose preguntas y respuestas, en las que él mismo es el participe de su aprendizaje, y desarrolla su capacidad cognitiva sin ponerle límites aprendiendo del entorno que le rodea. Mientras que si los tenemos enchufados a los aparatos electrónicos no dejamos que su imaginación se desarrolle, puesto que las informaciones que estos ofrecen son reducidas y no dan opción a modificaciones, además no desarrollan la parte psicomotriz como en los juegos tradiciones en los que prácticamente juegas y mueves todo el cuerpo.
El ser humano es un ser social, y eso hay que enseñarlo también desde niños, aprendiendo a jugar con otros niños, compartiendo, poniendo ideas en común… si el niño está “enganchado” a un aparato electrónico, no trabaja sobre otras capacidades que tiene que ir desarrollando desde pequeño. Aunque a veces es más rápido tener a nuestros hijos entretenidos de esta manera, debemos pensar en ellos y dedicarles nuestro tiempo jugando con ellos y enseñándoles juegos tradicionales, fomentando que jueguen con otros niños… entre otros.
Somos afortunados, puesto que el mundo que nos rodea ofrece una gran variedad de estímulos con los que los niños están permanentemente asombrándose, en muchas sitios se realizan actividades en las que se les puede llevar de manera gratuita a jugar, hacer talleres y pasar un rato divertido de ocio saludable en compañía de otros niños.